Logística
de entrada
Generalmente cuando se busca
optimizar procesos, para reducción de costos, muchos se enfocan en la gestión que se realiza
con los inventarios, el nivel de los stocks
y la gestión en la administración de bodegas, buscando encontrar anomalías en
los procesos internos que se desarrollan en la organización, pero pocos
realizan su análisis desde la logística de entrada.
Hoy, es inconcebible que la gestión
de aprovisionamiento no se encuentre integrada a la planificación estratégica
de la empresa. Atrás, quedó el concepto de evaluación de desempeño en base a la
reacción, frente a pedidos urgentes para evitar quiebres de stock (“apagar
incendios”), mediante una política reactiva; ya que sus efectos resienten la
fidelización cliente - empresa.
La buena gestión, en materia de
logística de entrada, se traducirá no solo en contar con la disponibilidad
requerida de insumos para la elaboración de los productos o el servicio que la
empresa entrega. Además, permitirá una estrecha relación con los proveedores
(gestión de proveedores), quienes lejos de sólo proveer, deben ser considerados
un eslabón primordial en el proceso; ya que gracias a una buena gestión, se
pueden obtener acuerdos de largo plazo y sobre todo asegurar la calidad de los
productos que necesita la empresa para desarrollar sus actividades y entregar
sus propios productos o servicios en la calidad, lugar, tiempo y cantidad
requeridos. El impacto de su comportamiento repercute directamente en todo el
proceso, no solo en el cumplimiento de su misión como organización; ya que el
producto o servicio lo realizará, pero ¿a qué costo?
La logística de entrada, por lo
tanto, es mucho más e igual de importante que la gestión de inventario,
almacenamiento y despacho. De ahí, la importancia de establecer una adecuada
política logística como parte de la planificación estratégica de la empresa.
Al fijar los niveles de producción, conforme
los objetivos definidos, permitirá una ordenada planificación de inventario.
Cabe destacar, que del análisis que se realice en base a los objetivos de la
organización, se podrán establecer los niveles operativos para cada SKU (Stock
Keeping Unit), independiente de las definiciones que de estos se hagan (niveles
máximo, mínimo y de seguridad). La política logística que se establezca, deberá
manejar variables en busca de un equilibrio que la mantenga dentro de los
márgenes operativos, de inversión y riesgo aceptables, de forma tal que le
permitan sostener las operaciones de la organización (algo nada fácil), si
además debe considerar el comportamiento del mercado y la data existente en
registros históricos de adquisición y producción, para predecir escenarios,
visualizar las tendencias y de esta forma adoptar decisiones que le permitan
alcanzar el óptimo nivel de inversión. La actividad es compleja y no menor.
La gestión de bodegas, es la
otra parte de la logística de entrada e igualmente algo a considerar. Literatura
sobre almacenamiento hay de sobra, pero inexplicablemente, la experiencia
vertida en ella no se aplica (excepto en las grandes cadenas), quedando
generalmente a criterio del jefe de bodega que dispone del almacenamiento a gusto,
no respetando las disposiciones y condiciones de estiba establecidas. Una mala
administración puede repercutir en el deterioro del SKU, extravío, vencimiento
o contaminación. Finalmente extra costo.
El ideal, es que todos
planifiquen de manera conjunta, con el mayor grado de empatía respecto de la
función y costos que deben asumir cada parte de la organización, pero la
realidad está lejos de ser así. Todos quieren por un lado reducir costos y por
el otro, el máximo de disponibilidad de SKU, para producción. Siendo en esta
etapa, fundamental el liderazgo gerencial que los acerque a los objetivos de la
empresa, tanto en costos como en producción. Aunque no sean del todo bien recibidas por parte de algunos actores en la
cadena; ya que no es posible una adecuada gestión cuando existen visiones
parciales de un problema, cuya génesis y repercusiones son de carácter
estratégico.
Gran responsable de las
decisiones adoptadas que se materializan en los stocks de inventario, son
producto de la incertidumbre que generan los factores externos y las decisiones
económicas basadas en análisis técnicos, que deben conciliar data con un
ambiente operacional complejo y distinto, cuyo comportamiento afecta de diferente
forma a cada organización.
Lo anterior, conlleva
decisiones que podrían considerar incluso la tercerización de etapas con el
propósito de lograr los objetivos establecidos, para lograr el equilibrio deseado
entre costo, producción y calidad de servicio.
Por lo tanto, el lector
concordará con lo imprescindible que es considerar la logística de entrada
desde el proceso de planificación estratégica de la empresa, hasta la entrega
del producto o servicio al cliente; ya que a través de una política logística
(adecuada a los objetivos de la organización) permitirá optimizar las
adquisiciones y el control en los procesos internos, adicionándoles valor
agregado, aspecto que no sólo reducirá costos; si no que además, contribuirá a
la imagen corporativa e incrementará la ventaja competitiva de la empresa.
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