martes, 30 de agosto de 2016

Logística de entrada

Logística de entrada



El valer de su gestión.

Generalmente cuando se busca optimizar procesos, para reducción de costos,  muchos se enfocan en la gestión que se realiza con los inventarios, el nivel  de los stocks y la gestión en la administración de bodegas, buscando encontrar anomalías en los procesos internos que se desarrollan en la organización, pero pocos realizan su análisis desde la logística de entrada.

Hoy, es inconcebible que la gestión de aprovisionamiento no se encuentre integrada a la planificación estratégica de la empresa. Atrás, quedó el concepto de evaluación de desempeño en base a la reacción, frente a pedidos urgentes para evitar quiebres de stock (“apagar incendios”), mediante una política reactiva; ya que sus efectos resienten la fidelización cliente - empresa.

La buena gestión, en materia de logística de entrada, se traducirá no solo en contar con la disponibilidad requerida de insumos para la elaboración de los productos o el servicio que la empresa entrega. Además, permitirá una estrecha relación con los proveedores (gestión de proveedores), quienes lejos de sólo proveer, deben ser considerados un eslabón primordial en el proceso; ya que gracias a una buena gestión, se pueden obtener acuerdos de largo plazo y sobre todo asegurar la calidad de los productos que necesita la empresa para desarrollar sus actividades y entregar sus propios productos o servicios en la calidad, lugar, tiempo y cantidad requeridos. El impacto de su comportamiento repercute directamente en todo el proceso, no solo en el cumplimiento de su misión como organización; ya que el producto o servicio lo realizará, pero ¿a qué costo?

La logística de entrada, por lo tanto, es mucho más e igual de importante que la gestión de inventario, almacenamiento y despacho. De ahí, la importancia de establecer una adecuada política logística como parte de la planificación estratégica de la empresa.

 Al fijar los niveles de producción, conforme los objetivos definidos, permitirá una ordenada planificación de inventario. Cabe destacar, que del análisis que se realice en base a los objetivos de la organización, se podrán establecer los niveles operativos para cada SKU (Stock Keeping Unit), independiente de las definiciones que de estos se hagan (niveles máximo, mínimo y de seguridad). La política logística que se establezca, deberá manejar variables en busca de un equilibrio que la mantenga dentro de los márgenes operativos, de inversión y riesgo aceptables, de forma tal que le permitan sostener las operaciones de la organización (algo nada fácil), si además debe considerar el comportamiento del mercado y la data existente en registros históricos de adquisición y producción, para predecir escenarios, visualizar las tendencias y de esta forma adoptar decisiones que le permitan alcanzar el óptimo nivel de inversión. La actividad es compleja y no menor.

La gestión de bodegas, es la otra parte de la logística de entrada e igualmente algo a considerar. Literatura sobre almacenamiento hay de sobra, pero inexplicablemente, la experiencia vertida en ella no se aplica (excepto en las grandes cadenas), quedando generalmente a criterio del jefe de bodega que dispone del almacenamiento a gusto, no respetando las disposiciones y condiciones de estiba establecidas. Una mala administración puede repercutir en el deterioro del SKU, extravío, vencimiento o contaminación. Finalmente extra costo.

El ideal, es que todos planifiquen de manera conjunta, con el mayor grado de empatía respecto de la función y costos que deben asumir cada parte de la organización, pero la realidad está lejos de ser así. Todos quieren por un lado reducir costos y por el otro, el máximo de disponibilidad de SKU, para producción. Siendo en esta etapa, fundamental el liderazgo gerencial que los acerque a los objetivos de la empresa, tanto en costos como en producción. Aunque no sean del todo bien  recibidas por parte de algunos actores en la cadena; ya que no es posible una adecuada gestión cuando existen visiones parciales de un problema, cuya génesis y repercusiones son de carácter estratégico.

Gran responsable de las decisiones adoptadas que se materializan en los stocks de inventario, son producto de la incertidumbre que generan los factores externos y las decisiones económicas basadas en análisis técnicos, que deben conciliar data con un ambiente operacional complejo y distinto, cuyo comportamiento afecta de diferente forma a cada organización.  

Lo anterior, conlleva decisiones que podrían considerar incluso la tercerización de etapas con el propósito de lograr los objetivos establecidos, para lograr el equilibrio deseado entre costo, producción y calidad de servicio.


Por lo tanto, el lector concordará con lo imprescindible que es considerar la logística de entrada desde el proceso de planificación estratégica de la empresa, hasta la entrega del producto o servicio al cliente; ya que a través de una política logística (adecuada a los objetivos de la organización) permitirá optimizar las adquisiciones y el control en los procesos internos, adicionándoles valor agregado, aspecto que no sólo reducirá costos; si no que además, contribuirá a la imagen corporativa e incrementará la ventaja competitiva de la empresa. 

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