miércoles, 6 de abril de 2016

La gestión de la cadena de abastecimiento en la respuesta a desastres.




Junto con el óptimo empelo de los medios de emergencia respondedores, el segundo problema se genera en la gestión de la cadena de abastecimiento (Supply Chain Management, SCM) ante la ocurrencia de un desastre. Esto, principalmente debido a que no hay administración que cuente con un respaldo suficiente para sostener una respuesta adecuada ante una emergencia de magnitud.
Respecto de las fases que componen la gestión del desastre (Disaster Management), prácticamente la gran mayoría coincide con estas cuatro[1]:
  • Prevención y mitigación,
  • Preparación,
  • Respuesta,
  • Recuperación
El lector, concordará con que es imposible que la cadena de abastecimiento (Supply Chain, SC) puede emplearse y sostenerse de manera efectiva, sin antes haberse desarrollado adecuadamente en las etapas anteriores a la respuesta. Por lo tanto, la necesidad de generar puntos de encuentro, coordinación y colaboración en esta materia, entre todos los actores, es fundamentalmente inevitable.
A excepción de la primera fase, en la cual se establece el marco regulatorio que permitirá el desarrollo de la planificación de la SCM, para las fases que continúan, en todas interviene básicamente el ciclo logístico (Determinación de necesidades – obtención - distribución), ya sea de manera teórica o física, según corresponda.
No obstante, es primordial que en la elaboración de las disposiciones y regulaciones de la primera fase, se incorpore la visión de especialistas en logística que permitan obtener una apreciación y sensibilidad en la materia de quienes serán los responsables en materializarla, para visualizar como se desarrollará la SCM.
Ahora, la problemática que genera el SC, no sólo afecta de la forma en que esta se materializa, puesto que requiere también consideraciones en aspectos de apoyo logístico integrado (Integrated Logistic Support,ILS), que para los especialistas en logística adquiere una importancia vital, toda vez que permite determinar el costo de soportabilidad[2] que tendrá el equipamiento necesario para realizar las tareas de apoyo logístico, asegurando su disponibilidad operativa durante todo su ciclo de vida, factor determinante al momento de realizar la evaluación de los medios a considerar en la planificación de proyectos de SC para desastres.
Considerando, que el grado de respuesta va en relación directamente proporcional a la magnitud del evento que impacte en una zona, lo que es lógico, existen factores que indicen directamente la SCM, afectando la calidad del servicio y la rapidez con que se materialice, a saber:
  • Lugar geográfico donde ocurre.
Especialmente, si en la zona afectada se encuentran concentrados los principales centros de acopio logístico del país, donde puede verse inutilizada gran parte de la ayuda potencial necesaria. Como también, el exceso de concentración de recursos, que impidan su manejo.
  •  Capacidad de resiliencia de la SC y adecuada SCM.
 Es necesario contar con una estructura jerarquizada que integre y coordine el apoyo cívico- militar, con una planificación flexible, que permita obtener, trasladar y entregar la ayuda con el flujo que es requerida (lead time), reaccionando a cambios inesperados causados por otros eventos catastróficos o factores que alteren la demanda. Esto, acompañado de planes de planes alternativos que permitan reaccionar para mantener la resiliencia.
Lo anterior, permitirá mejorar la eficiencia y efectividad, que se traduce en menos tiempo y más vidas salvadas, cuando se trata de tareas de apoyo humanitario.
  •   Conectividad del área afectada.
Requerirá de la utilización de diversos medios de transporte, incluso de la intermodalidad, donde especial valor adquieren los medios militares por sus capacidades. 
Cuando uno de estos tres factores se ve afectado, se generan situaciones como la vivida en Valparaíso, donde colapsaron los centros de acopio por exceso de la ayuda enviada a la zona afectada, o el desabastecimiento en lugares más alejados tras el terremoto de 2010. 
La importancia que adquiere por tanto la SCM, es vital para una adecuada coordinación y materialización de la ayuda requerida en desastres; ya que permitirá integrar los esfuerzos y medios de organizaciones estatales, sociedad civil organizada y proveedores de recursos nacionales e internacionales, optimizando los procesos y reduciendo tiempos de respuesta.
Esta es una tarea pendiente en Chile, que requiere urgencia y participación transversal abarcando a todos los sectores y actores que de una u otra forma contribuyen en las tareas de ayuda humanitaria y donde los especialistas en logística tienen mucho que decir.
Los riesgos asociados a nuestra historia en materia de desastres naturales y antrópicos, adicionan un grado de riesgo operacional alto; ya que tenemos sucesos cuyos efectos son de alto impacto, por la falta de cultura preventiva con fuerte repercusión en el sistema de abastecimiento de servicios básicos, conectividad, recursos alimenticios, de abrigo y protección.
Con tantos eventos ocurridos a la fecha, debiéramos contar con modelos estándares que sirvan medianamente casi para todo, pero parece que cada vez intervienen más actores de forma aislada y desorganizada, sin un ente coordinador, lo que no permite realizar una adecuada SCM, que potencialmente puede crear un "desastre” logísticamente hablando.

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